16/11/10

El partido soñado...

La multitud llenaba las tribunas, el ruido ensordecedor de las hinchadas inundaba el ambiente con cánticos alusivos a los equipos tradicionales del fútbol uruguayo. Color y alegría eran  elementos de destaque en el Monumento al Fútbol Mundial. Mientras tanto, dieciocho jóvenes contenían la ansiedad de estar en un lugar soñado y con el marco ideal que, ojalá, puedan  repetir algún día.

Con los ojos bien abiertos, el corazón palpitando al tope y la alegría de compartir un túnel con los ídolos de siempre -que hasta hace poco veían por la televisión o desde la tribuna de algún estadio- saldrían a la cancha. Ahora estaban juntos en el mismo túnel, los esperaba  el verde gramado del Estadio Centenario  para protagonizar la previa de la fiesta máxima del fútbol uruguayo: el clásico entre Nacional y Peñarol.



Cuántos pensamientos habrán pasado por esas cabecitas en las
 horas previas al encuentro; jamás imaginaron estar en ese lugar y frente a tanta gente. Sentirse parte de un espectáculo del que antes eran meros espectadores y del que ahora formaban parte ...
La alegría se notó antes, durante y después del cotejo amistoso que mantuvieron con estrellas de Peñarol y Nacional, en la previa de un partido cargado de expectativa y del que mucho se habló más allá de lo meramente deportivo.


Pelota al Medio a la Esperanza marcó la cancha con una movida que, con humildad y mucho esfuerzo, vino para instalarse definitivamente en el colectivo del deporte nacional.

Con ese marco de público, once voluntades vestidas con la celeste del alma, (que nos convoca y aglutina), salieron a disputar un partido amistoso en dos tiempos de veinte minutos, frente a figuras de la talla de Gabriel Cedrés, el "Vasco" Ostolazza, "Bomba" Villar, Eduardo Pereyra, Ruben Paz, el "Bocha" Cardaccio, Nelson Abeijón, Tony Gómez, Robert Lima, los "Caballos" de los Santos y Kanapkis, entre otros. Equipo de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales que bajo la dirección técnica del "Indio" Morán, disfrutaron la velada en un partido que para la anécdota registró un gol del "Cabeza" Ruben Paz para una victoria que trasciende el resultado.




Los mensajes fueron muchos y esperamos confiados que más temprano que tarde recojamos los frutos de un programa que es capaz de este tipo de movidas en procura de bajar un cambio y erradicar la violencia del deporte. La celeste que vistieron los chicos no fue casualidad, ellos simbolizaron la esperanza de un pueblo que tiene raíces comunes que trascienden cualquier rivalidad. Enfrente estaba un equipo conformado por referentes ineludibles de Peñarol y Nacional jugando juntos. Haciendo del juego un elemento unificador, como soñamos quienes pretendemos recuperar la esperanza poniendo la pelota al medio, y hacer que ese partido no termine nunca...

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