Ex jugadores de rugby compartieron intercambio con quienes practican
allí el deporte.
El pasado viernes, un combinado de ex jugadores de rugby de
distintos clubes compartió un encuentro con las personas privadas de libertad
que practican el deporte en la Unidad N° 4 de Santiago Vázquez.
El rugby, que se incorporó en 2016 a las actividades
deportivas que Pelota al Medio a la Esperanza desarrolla en Santiago Vázquez,
se practica 3 veces por semana e implica mensualmente a unas 280 personas. El
intercambio del viernes se ideó con el fin de reforzar los conceptos y valores trabajados
en los talleres, al tiempo de generar una motivación extra.
‘’La experiencia fue sumamente positiva”, valoró Alejandro
Nieto, uno de los coordinadores de la actividad, ya que “pudieron participar
las personas con las que veníamos entrenando y se cumplieron los objetivos
grupales y de valores que nos habíamos marcado”.
Respecto a esos objetivos, destacó la importancia de que
personas que están aprendiendo el deporte y sus valores tomen contacto con
gente que lo practica desde hace muchos años, ya que “pudieron ver que las
cosas que nosotros les pedimos no son en vano y cuál es el trato de un grupo de
rugby dentro de una cancha’’.
En ese sentido, Matías Benítez, otro de los coordinadores,
destacó que si bien el equipo rival estaba integrado por jugadores de distintos
clubes, demostraron que ‘’los valores del rugby son siempre los mismos: eran
positivos, iban siempre para adelante y no había lugar para reprochar a los
compañeros’’.
Los ex jugadores que participaron fueron Carlos Forcade,
Gabriel Pandolfi, Evaristo González, Álvaro Nieto, Ruben Marteau, Federico
Bogliolo, Enzo Cacciatori, Ricardo Balsamo, Juan Miguel Azadian y Omar Rienzi
del equipo Añejos, Aldo Bertolotti,
Alejandro Eirea, Santiago Cuadra, Ignacio Marques, Pablo Moya, Marcelo Toledo,
Alberto Pintos, Ignacio Morelli, Marcel Larroude Rey, Luis Polvarini, Agustín
Mailhos y Mateo Sanguinetti de Cuervos,
Jorge Issa de Cimarrones y Diego Martínez
Prado y José De Azpitarte de OCC.
Al finalizar el encuentro, tanto los nóveles rugbiers como los
experimentados invitados agradecieron la oportunidad de compartir una
experiencia de aprendizaje mutuo que tuvo su cierre con un tradicional tercer tiempo.
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